Andrés Manuel López Obrador lanzó otra vez un duro reproche al gobierno de Estados Unidos por su más reciente defensa al Poder Judicial, luego de que un juez liberara a Abraham Oceguera Cervantes, hermano de Nemesio Oseguera, alias ‘El Mencho’.

Durante su conferencia de este lunes el presidente reveló que el pasado domingo sostuvo una llamada con su homólogo estadounidense, Joe Bide, para abordar, una vez más, como reducir el flujo migratorio irregular entre ambos países. Tras esta revelación, se le cuestionó si se abordó el tema de «Don Rodo».

«No, de eso no. Eso la verdad no es trascendente porque no es serio», dijo. Fue entonces cuando reprochó del reciente informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado, donde se cuestiona el trato del gobierno de López Obrador sobre el Poder Judicial.

¿Qué pasó ayer? Un juez está queriendo dejar en libertad a un presunto delincuente de fama. Entonces, es cómo para mandarle a decir a Blinken, al departamento de Estado, ¿en qué quedamos? Tu defendiendo a los jueces y mira lo que hacen. Por eso digo que no es serio», dijo. Matizando que no es tono de confrontación sino de aclaración.

Con eso se refirió al reciente informe sobre Derechos Humanos que anualmente realiza el Departamento de Estado, en donde en su análisis sobre México acusó al mandatario de «atacar» al Poder Judicial.

El presidente acusó que la liberación de Oceguera Cervantes ocurrió a pesar de que aún había un proceso abierto de trámites en torno a una investigación en su contra, pues se tiene informes de que estuvo en procesos legales en Estados Unidos.

«Imagínense si procedemos a la ligera y nos sucede algo parecido a lo que pasó en el sexenio anterior, de que un fin de semana dejaron en libertad al señor Caro Quintero y a la semana viene el reclamo y vienen a reactivar la orden de aprehensión, pero ya no estaba el señor Caro Quintero».

En ese sentido, pidió al Poder Judicial tiempo, pues aseguró que es un asunto de Estado. ¿Cómo queda México? ¿Cómo quedan las instituciones? Aunque se trate de un juez, es el prestigio del estado mexicano, nosotros no podemos ser burla de nadie. Eso es», dijo.

Ricardo Anaya alista su regreso a la política mexicana para ser senador e impulsar una nueva dirección en el PAN. En los últimos días ha conversado con diversos actores del arco opositor, y de distintos espacios, para dar a conocer su visión del escenario actual.

Anaya quiere desarmar la sociedad con el PRI, al menos en lo formal. Está convencido de que el tricolor es un lastre y que no es rentable que el PAN este asociado a una de las formaciones políticas que más rechazo genera en la sociedad.

Los antecedentes también pesan: Anaya se debió exiliar durante todo el sexenio en el exterior por expedientes que fueron impulsados en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Giros del destino: así como Anaya tiene dudas del Frente, el expresidente del PRI también las comparte respecto a la conveniencia de sostener la fusión con el PAN.

Anaya está convencido de que la elección presidencial está definida en favor de Claudia Sheinbaum y la de la CDMX en favor de Clara Brugada. Cree que en ambos casos pesó como un ancla la vinculación con Alejandro Moreno Cárdenas.

Cuando le señalan que la alianza con el PRI es clave para contener a Morena en el legislativo dice no tener mayores inconvenientes con ello, pero cree que esa amistad se termina en las casillas, donde ambos partidos deben volver a ser rivales.

El queretano diseña un PAN que regrese a las bases: conservador en lo político, liberal en lo económico (con eje central en la menor presión fiscal) y, lo fundamental, con un discurso muy contundente en materia de orden y mano dura con la criminalidad. Asegura que la única vía para contrarrestar los apoyos sociales de Morena es el discurso de la seguridad que solo puede ofrecer el PAN.

Su intento por regresar a la centralidad del albiazul es una ingeniería compleja. Anaya tuvo un papel muy secundario en las presidenciales del 2018 y actualmente en el PAN hay malestar con que se le haya dado una senaduría pluri a un político que hace años solo existe en YouTube.

Andrés Manuel López Obrador volvió a chocar con Ricardo Salinas Pliego, ahora por la línea editorial de los medios propiedad del empresario respecto a la reforma de pensiones que impulsa la 4T.

«Dicen que les vamos a robar las pensiones pero nosotros no somos rateros. Ya conocen nuestra filosofía, no me importa lo material», dijo el rpesidente respecto a los cuestionamientos emitidos desde TV Azteca.

«Somos libres y él puede seguir ejerciendo a plenitud su libertad. Nosotros no somos autoritarios, también en eso somos distintos a los conservadores. El conservador, por lo general, es muy autoritario, es facho, quieren resolverlo todo por la fuerza y albergan muchos rencores y odios», expresó López Obrador.

Un día antes, Salinas Pliego había cuestionado al presidente en sus redes sociales. «Dice que yo no permito la libertad de expresión de los conductores de Azteca. Da pena verlo mentir de frente y en público. Ni AMLO ni el ‘bañagatos’ de Jesus Ramírez Cuevas le hacen honor a la investidura presidencial», escribió.

Se trata así de un nuevo episodio de tensión entre el Gobierno y Salinas Pliego, el cual se agrega al litigio del SAT con el magnate y la polémica por la propiedad de un campo de golf en Oaxaca.