La baja afluencia a las casillas el domingo que viene se ha instalado casi como una realidad en las conversaciones más determinantes del gabinete.

Por estas horas existen severas dudas sobre si la participación del padrón podrá llegar a los dos dígitos, algo que también explicaría la distancia que ha tomado Andy López Beltrán del proceso en las últimas dos semanas: el hijo del expresidente se enfocará por completo en Durango.

De confirmarse el escenario, sería un golpe para todo el arco oficialista. Para el obradorismo implicaría constatar que la llamada reforma de la justicia nunca terminó de ser un tema incorporado por el grueso de la población. En el entorno presidencial lo vienen señalando desde la transición: a lo largo de toda la campaña del año pasado el reclamo de democratizar la justicia, por parte de la sociedad, fue inexistente.

Andrés López Obrador no cedió y jugó a fondo por una idea que de momento luce ajena al electorado y por la cual se tensionó la relación con el empresariado, con Washington y se debió incorporar a Morena a actores escandalosos como es el caso de la familia Yunes, que por estos días anima largos ágapes en restaurantes madrileños.

Para el Gobierno actual el dato de una baja participación tampoco es motivo de festejo: Claudia Sheinbaum respaldó la elección y por este proceso se enfrentó, en las últimas horas, al sindicalismo magisterial. La poca afluencia para votar sería un contrapunto incomodo si se compara con los niveles de movilización que están demostrando los maestros. Sería también el primer aviso para un oficialismo que se mueve como el centro de gravedad de la política doméstica.

El peor de los mundos no es demasiado lejano: que el domingo a la noche Sheinbaum se encuentre con una elección a la cual no acudió casi nadie y en la que, para colmo, hayan quedado elegidos perfiles escandalosos o con antecedentes explosivos.

Como sea, si la asistencia a la elección judicial no alcanza los dos dígitos se acelerarán las especulaciones sobre ajustes en el gabinete, concretamente en la Secretaría de Gobernación, actualmente a cargo de Rosa Icela Rodríguez.

Para los más allegados a Sheibaum, remover a Rodríguez sería una sanción justa contra el expresidente por el fracaso de asistencia a la elección que él mismo impuso. En Palacio, además, se conoce que la secretaria habla con López Obrador y que algunas de esas pláticas no se reportan a la Presidencia.

Entre las posibles opciones de cambio se menciona a Zoé Robledo, titular del IMSS y de comunicación diaria con Sheinbaum. Fue la primera opción de la presidenta para el interinato en la CDMX y en la transición también se lo mencionaba para Bucareli. Le juega en contra que está a cargo de un área crítica para el oficialismo y donde todavía quedan frentes abiertos.

Otra posibilidad es el secretario de Economía Marcelo Ebrard, que ha recompuesto su vinculo con Sheinbaum: los desafíos que implica la presidencia de Donald Trump sirvieron para superar las heridas de la interna morenista. Desde Segob, señalan, podría seguir operando en la relación bilateral y dejaría a su equipo en Economía para afrontar la renegociación del T-MEC. Sería además un guiño hacia Washington.

También se ha señalado al gobernador de Sonora Alfonso Durazo. El mandatario estatal quiere ocupar el cargo pero una vez que termine su sexenio en la entidad del Pacífico, especialmente porque no tiene pleno control político del morenismo de Sonora, lo cual le podría significar un proceso traumático al momento de definir su reemplazo.

La escritora Beatriz Gutiérrez Müller arremetió en redes sociales en contra del expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova, luego de que señaló que la elección judicial es una farsa.

En su Instagram la esposa de Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México, indicó  de manera irónica que cuando Córdova era el titular del INE “todo era maravilloso”.

“Pero cuando Lorenzo Córdova era parte del INE todo era maravilloso. ¡Voto porque se postule como candidato!”, manifestó la académica.

Durante su participación en el foro “Impacto de la Reforma Judicial” de la organización Somos MX, conocida como la Marea Rosa, Lorenzo Córdova señaló que el INE habría sido “obligado a vulnerar la ley”.

“Vamos a una elección donde las garantías básicas de respeto al voto están comprometidas. Lo que salga mal el 2 de junio se va a usar como pretexto para justificar una reforma electoral aún más regresiva”, alertó el expresidente del INE, según reportó El Sol de México.

La última encuesta de Atlas Intel en colaboración con la agencia Bloomberg confirma la buena imagen de Claudia Sheinbaum. Si bien la aprobación de su presidencia bajó del 66,3% al 60,9%, todavía mantiene una ventaja significativa sobre su desaprobación, que aumentó del 28,2% al 33,6%.

A su vez, su gestión continúa siendo evaluada positivamente (como excelente o buena) por una mayoría del 54,7%, pese a una caída de 3,6 puntos porcentuales. Las evaluaciones negativas (mala/pésima) crecieron del 19,6% al 22,7%, mientras que las valoraciones regulares disminuyeron del 20,8% al 17,1%.

Claudia saca una diferencia mucho mayor cuando se miden los liderazgos nacionales. Allí. la imagen personal es de 71 por ciento, el máximo histórico desde que llegó al gobierno. En paralelo, su imagen negativa se redujo del 29% al 27% en el mismo período.

En cuanto a los problemas, la corrupción continuó perdiendo protagonismo por segundo mes consecutivo como principal problema percibido en México, mientras que la inseguridad aumentó 3 puntos porcentuales y pasó a ocupar el primer lugar en la agenda de preocupaciones ciudadanas.

Al mismo tiempo, creció la percepción sobre la impunidad y las debilidades estructurales del sistema judicial como problemas relevantes del país.

Claudia saca una diferencia mucho mayor cuando se miden los liderazgos nacionales. Allí. la imagen personal es de 71 por ciento, el máximo histórico desde que llegó al gobierno. En paralelo, su imagen negativa se redujo del 29% al 27% en el mismo período.

Frente a las tensiones del escenario comercial global, un dato interesante es que el 34% de los mexicanos considera que el país debería estrechar su alineamiento con China, mientras que un 24% prefiere un acercamiento mayor con Estados Unidos y un 19% con los países del bloque BRICS. Apenas un 4% ve necesaria una mayor aproximación con Rusia o la Unión Europea.

Al mismo tiempo, una mayoría significativa de los mexicanos (67%) considera que Estados Unidos ejerce una influencia económica más determinante en México en comparación con China (20,5%).

Solo el 9% percibe un nivel de influencia similar entre ambos países. Sin embargo, el 40% de la población mexicana cree que China ofrece actualmente las mejores oportunidades de inversión y financiamiento para el país, frente a un 20% que menciona a EE.UU.; un 34% considera que ambos países ofrecen oportunidades similares.

La disputa comercial entre China y Estados Unidos es vista como «muy preocupante» o «preocupante» por el 67% de los mexicanos. Además, cerca del 40% cree que dicho conflicto podría afectar significativamente la economía mexicana.

En cuanto a las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, el 40% de los encuestados afirma que ambos países se benefician por igual, mientras que un 36% considera que EE.UU. obtiene más beneficios que México. Por otro lado, el 18% opina que solo Estados Unidos se beneficia, en detrimento de México. En el caso de la relación comercial con China, la mayoría (57%) cree que ambos países se benefician en igual medida.

La percepción pública es que la economía mexicana se ha vuelto más dependiente tanto de Estados Unidos como de China en los últimos años. Un 35% considera que la dependencia con respecto a EE.UU. ha aumentado, mientras que un 30% dice lo mismo en relación con China. No obstante, un 18% cree que la economía mexicana se ha vuelto menos dependiente de la economía estadounidense.